S. Fco. de Borja

Fue un organizador infatigable (a él se le debe la fundación del primer colegio jesuita en Europa, en su sierra natal de Gandía, y de otros veinte en España), y siempre encontró tiempo para dedicarse a la redacción de tratados de vida espiritual. Se destacó por su gran devoción a la Eucaristía y a la Santísima Virgen. Incluso dos días antes de morir, ya gravemente enfermo, quiso visitar el santuario mariano de Loreto. Fue beatificado en 1624 y canonizado en 1671,

Por la intercesión de tan gran santo, ruego a Dios, nos de directores espirituales igual de Santos, que nos ayuden a los laicos a organizar y gestionar nuestra vida ordinaria, con el corazon en Dios y las manos en el arado de la caridad fraterna.